Impulsado por una idea fija
Que impregnaba las horas con su efluvio
Buscó Leonardo, en el hombre de Vitruvio,
Establecer el tamaño de la pija.
Que impregnaba las horas con su efluvio
Buscó Leonardo, en el hombre de Vitruvio,
Establecer el tamaño de la pija.
Yació entonces con toda meretriz
Que fatigara la noche florentina
Y vivió derrotado aunque feliz
más sin hallar la proporción divina.
La solución le llegó con los favores
largamente postergados de Beatriz
“os olvidáis de los escollos exteriores
Fa fo fofe fegagagta fufage feg ge fafiz ” *
* a los doce de garganta, sumadle tres de nariz
3 comentarios:
fuf... jajaja es una obra maestra.
Ah, qué bueno que la internet sirva.
Internet al servicio del pueblo!
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